PROYECTO DE CUENTOS PARA NIÑOS Y JÓVENES SORDOS

CUENTOS A MANO, video-libro de cuentos en LSA acompañado por un libro de actividades e información útil para docentes y padres..

El AFSCA y el INCAA presentaron manual de lenguaje de señas

El presidente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) Martín Sabbatella y la titular del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) Liliana Mazure, anunciaron la entrega de 5.000 ejemplares del manual “La accesibilidad a los medios audiovisuales:

Aprueban ley de reconocimiento de la Lengua de Señas Argentinas

La Cámara de de Diputados convirtió en ley la forma de comunicación utilizada por la comunidad sorda como medio de expresión, comunicación y aprendizaje. De esta forma, Neuquén será la primera provincia argentina en incorporar el lenguaje de señas en la currícula educativa.

Nuevo curso de Lengua de Señas en la Universidad de Avellaneda

Las autoridades de la Universidad Nacional de Avellaneda informaron recientemente que en la alta casa de estudios se llevará a cabo un nuevo curso de Lengua de Señas, el cual se dictará a través de su Secretaría de Bienestar Universitario.

Se expande la enseñanza del lenguaje de señas

Cada vez más gente aprende el lenguaje de señas en la región. Profesionales, docentes y sobre todo jóvenes buscan adquirir esta lengua para comunicarse con las personas con capacidad auditiva reducida.

martes, 29 de octubre de 2013

LA POLÉMICA: ORALISMO – GESTUALISMO


En 1828, por insistencia de Itard, otra clase exclusivamente oral, donde se enseñaba a articular, fue creada con un objetivo complementario. En Estados Unidos, al contrario, el aprendizaje de la palabra fue casi abandonado.
En 1831, Desiré Ordinaire, nombrado director en París y convencido de la posibilidad de la educación oral, puso en marcha un programa de oralización generalizada a toda institución. Los profesores, instigados por sus colegas sordos (hostiles al oralismo) Berthier, Lenoir, Forestier, lo rechazaron.
En 1836, Ordinaire obtuvo que la instrucción oralista fuera obligatoria, pero hacia 1837 esto no tuvo ningún efecto real y la lengua de señas mantuvo su lugar. Sin embargo, la influencia de las escuelas oralistas alemanas se hizo sentir; en 1845, algunas escuelas en Estados Unidos y en Inglaterra se pronunciaron por un período de prueba a favor de la articulación. En 1866 la controversia se acentúa. En los Estados Unidos, Hubbard, padre de una nena con sordera adquirida a los cuatro años y militante del oralismo, escribió: “El principal objetivo de la educación del sordomudo es el enseñarle la lengua inglesa, y ese objetivo no se alcanza jamás por los enseñantes de la lengua de señas”. (1867, 35)
Se abrieron escuelas oralistas por todas partes. A. Bell, joven profesor de Edimburgo, enseñó en Londres la “palabra visible”. Bell, que inventará más adelante el teléfono, se tornó en el líder de los oralistas y el portavoz del reemplazo de la lengua de señas, y E.M. Gallaudet (hijo del fundador de la primera escuela para sordos) [se transformó] en su principal oponente.
Bell preparó una estadística destinada a la Academia Nacional de Ciencias titulada Memorias sobre la formación de una variedad sorda de la raza humana, en donde sugirió cuatro métodos preventivos a fin de eliminar la preferencia que muestran los adultos sordos por la compañía de los sordos más que por la de los oyentes (1883; 41-45): Eliminar los internados especializados, suprimir la lengua de señas, prohibir la enseñanza a sordos por sordos, hacer el casamiento entre sordos ilegal. (Lane, 1979)
Gracias, en parte, a los esfuerzos de Bell, en 1880, había once escuelas exclusivamente oralistas en Estados Unidos. En 1878, en el primer congreso francés sobre instrucción de los sordomudos, se dibujó una vuelta a favor del oralismo; en 1880, la ola estalló en el congreso de Milán que declaró: “... el método oral debe ser preferido al mímico para la educación y la instrucción de los sordomudos”. (Lane, 1979)
En 1900, el método pedagógico oficial empleado en todos los institutos de Francia era el método oral. (Lane)
“Esta gran controversia sobre las señas continúa hasta nuestros días. En algunos institutos para sordomudos en los Estados Unidos, los niños reciben una instrucción estrictamente oral que recuerda al método propuesto por Itard al comienzo de sus experiencias. En otros, como lo habría hecho probablemente Itard, se tolera y se emplean, incluso, las señas pero como soporte de la enseñanza oral. Algunos (muy raros) utilizan las señas como medio principal de enseñanza”. (Lane).


ITARD: LA CONVERGENCIA DE LA FILOSOFÍA DEL LENGUAJE Y LA MEDICINA

En 1821, en su tratado de las enfermedades del oído y de la audición, Itard clasifica los trastornos de la audición en cinco grandes categorías determinadas en función de lo que el alumno lograra comprender del lenguaje hablado. Se lo considera como el primer tratado de otología. (Lane, 1979a). Itard pensaba que su método pedagógico (exclusivamente oral) permitiría a los niños de las tres primeras categorías entrar en “la clase de oyentes”, “los alumnos que pertenecen a la cuarta y quinta categorías son definitivamente mudos”. (Lane, 1979a)
Itard había adquirido algunas convicciones concernientes a las cuestiones metafísicas que preocupan a los espíritus de las luces; de la filosofía en particular compartía las teorías sensualistas propuestas por Esteban Bonet, abate de Condillac, intérprete francés de Locke (filósofo empirista inglés) cuya influencia debía ser decisiva sobre la formación de la lingüística moderna. (Lane, 1979a). Condillac asigna al lenguaje un rol determinante y casi exclusivo en la formación misma de las ideas.
En las primeras experiencias que él hizo con la educación oral, de las cuales el año 1808 es el punto culminante, Itard pensaba que la utilización de la lengua de señas impediría a los alumnos hacer progresos de elocución oral. Quince años más tarde se convenció de que la lengua de señas les era provechosa e “incluso indispensable”. Itard concluyó en su informe de 1826 que permitiendo un desarrollo de los conocimientos generales en el niño sordo a través de la lengua de señas se facilitaba el aprendizaje de la lengua oral y escrita. (Lane, 1979a). La argumentación de Itard iba en el mismo sentido que la de Descartes: “Él (el sordo) puede superar la ausencia del oído y de la palabra y, en lugar de que su perfección sea tributaria de la perfección de los órganos (de fonación), puede, con sentidos débiles e incompletos, establecer relaciones con sus pares, crear los signos de sus pensamientos...”. (Itard in Lane, 1979b)
En efecto, a partir de su propia experiencia, Itard fue llevado a pensar que de las cinco categorías de sordera que él distinguía en referencia al resto auditivo, sólo los alumnos de la primera categoría podían ser educados por métodos exclusivamente orales. Para las otras categorías, el apoyo de la lengua de señas era fundamental.
Además, del gran aporte de Itard a toda la pedagogía especializada, a la ciencia de las modificaciones del comportamiento, a la otorrinolaringología, a la educación oral para los sordos, le pertenece el mérito de tratar de conciliar dos aspectos opuestos del problema: por una parte, la necesidad del niño de desarrollar la inteligencia por medio de la lengua; por otra parte, la elección de una lengua adecuada a los grados de deficiencia auditiva.
Pero, si Itard estaba convencido de que el único medio de comunicar para un sordomudo era utilizar la lengua de señas, estaba, no obstante, convencido de que debía (en la medida de lo posible) aprender a comprender el lenguaje hablado y a hablar.
El resultado de esta posición será su demanda de una clase mixta para uso de los niños afectados de sordera parcial, donde el lenguaje oral será enseñado con la lengua de señas.

LA DIVERSIFICACIÓN DE LOS MÉTODOS

Nos parece importante subrayar que los documentos de que disponemos actualmente concernientes a la educación de los sordos permiten considerar que la lengua oral no era un sujeto prohibido por los educadores en cuestión. Habíamos hecho alusión más arriba a su eclectisismo y a su tendencia por la educación integral del sordo. El abate de L´Epée no rechazaba la enseñanza de la lengua oral y, aunque él era partidario de la lengua de señas, enseñaba a sus alumnos a preparar sus órganos para el aprendizaje de la emisión de los sonidos.
“El sordomudo no está totalmente integrado a la sociedad más que cuando se le enseña a expresar de viva voz y a leer la palabra en los movimientos de los labios. En este momento se puede decir que su educación está terminada“. (El arte de enseñar a hablar a los sordomudos de nacimiento por el abate de L´Epée en el Manual de enseñanza práctica de los sordomudos por M. Bebian, París 1827, p 311).
Sin embargo, la enseñanza del lenguaje oral no era considerado el objetivo principal. La razón que se daba no era en absoluto que la lengua oral fuera despreciable, sino que el poco éxito obtenido era una pobre compensación a la pérdida enorme de tiempo y al esfuerzo exigido por la articulación. (Lane, 1979a)
La orientación hacia una enseñanza más oral se perfila ya en los trabajos de Pereire, de Deschamps (instructor en Orléans) y de Heinicke (instructor en Leipzig) y preconiza otro modo de proceder. Estimando que no se piensa si no se habla, se somete la enseñanza al aprendizaje de la palabra oral.
Alemania se coloca primera entre los países que no enseñan la lengua de señas a los sordos. Durante todo el siglo XIX “método francés” y “método alemán” se enfrentaron. El oralismo es impulsado gracias al programa sistemático de aprendizaje de la lengua oral puesto a punto por J.M.G. Itard, médico del Instituto de París. Itard expuso su método en dos memorias presentadas ante la Sociedad de la Facultad de Medicina en 1807 y 1808; el método estaba fundado sobre la educación sensorial y la progresión en el aprendizaje de los sonidos vocales simples, vocales nasales, consonantes simples, etc.


EL ABATE DE L´EPÉE

La verdadera historia de los sordos comienza en Francia a mediados del siglo XVII, con el célebre abate de L´Epée, quien hizo que la educación de los sordos diera un giro fundamental. Hasta ese momento la única educación para los sordos era el preceptorado especializado.
El abate de L´Epée y su continuador, Sicard, crearon una educación colectiva y, por extensión, una comunidad educativa de sordos donde numerosos niños de todos los medios recibieron enseñanza.
El abate de L´Epée fundó en 1760, en París, en su propia casa, la primera clase gratuita para sordos. Él elaboró (tratando de enseñar la lengua francesa a los sordos) “gestos metódicos” que se agregaban a la lengua de señas de los sordos ya existente. Este método trató de aproximar, desde el punto de vista morfológico, la lengua de seña francesa a la lengua escrita. La idea era establecer entre esos dos códigos una correspondencia término a término, al nivel de los monemas. Globalmente, y haciendo mayor hincapié en la lengua oral, este tipo de “innovación” de la lengua de señas recibirá luego el nombre de “francés señado”, cuya versión más moderna es el “bimodalismo”.
“Una vez que sus alumnos sordos habían aprendido las palabras escritas que correspondían a cada seña, podían fácilmente signar un texto o bien transcribir esos signos en lengua escrita”. (Lane, 1979a)
El método del abate de L´Epée cobró gran notoriedad: “A las demostraciones públicas anuales, eruditos y príncipes acudían con el mismo interés. Más de ochocientas personas acudieron a la última sesión, con numerosos discípulos extranjeros llegados de los cuatro puntos cardinales de Europa y que, después de haber dominado el francés señado, iban a fundar institutos para sordomudos concebidos según el modelo de París, de Copenhague a Roma y de Amsterdam a Zurich”. (Lane, 1979a)
El método atravesó inclusive el Atlántico en 1816, exportado a Estados Unidos por un sordo, alumno de Sicard, Laurent Clerc, y acompañado por Thomas H. Gallaudet, joven maestro americano, oyente, que fue a Francia a familiarizarse con el método de Sicard. Ambos fundaron la primera escuela para sordos de América. Pero la utilización del francés señado como etapa intermedia entre la verdadera lengua de señas y el francés hablado o escrito se tornó larga e inútil.
Bebian, el sucesor intelectual de Sicard, propuso dejarlo de lado argumentando que se desnaturalizaba la lengua de señas queriendo plegarla a las formas de la lengua francesa y que este método era un aparato molesto y pesado. (Lane, 1979a)
Alrededor de 1830 en la mayoría de las escuelas de sordos el francés señado había sido abandonado y reemplazado por la lengua de señas. La brecha entre la lengua de señas de los sordos y la hablada o la escrita sería en adelante notoria.
Una aproximación progresiva de las formas estructurales (dialectización) de la primera sobre la segunda se volvía cada vez más difícil. (Lane, 1979a)
“Qué trabajo erróneo tratar de forzar la lengua de señas en el modelo de la lengua hablada, llenarla de prefijos y sufijos y terminaciones gramaticales de la sintaxis inglesa o francesa; transformar una lengua sintética y económica en lenguaje redundante y secuencial; transformar esquemas espaciales en esquemas temporales; tratar de convertir un lenguaje visual en un lenguaje audible”. (Lane, 1979a)
Esta primera reivindicación de la lengua de señas en tanto que lengua completa provocaría con el correr del tiempo consecuencias inesperadas.
La lengua de señas no será más asimilable a una forma gestual de la lengua oral. Es una lengua diferente, propia de una comunidad diferente. El concepto estigmatizante de ghetto será de ahora en adelante aplicado sin reservas a la comunidad de los sordos y utilizado en su detrimento.


EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA PEDAGOGÍA:  EL PRECEPTORADO ESPECIALIZADO

Las primeras tareas metodológicas de la educación de los sordos fueron las de Pedro Ponce de León, benedictino del monasterio de Ona (Valencia), quien instruyó a Gaspar de Burgos “para que él pudiera confesarse y lo logré a tal punto que Gaspar se convirtió en escritor y publicó incluso algunas obras”. (Diccionario Universal) * Pablo Bonet, apoyándose sobre el método de Ponce de León, publicó en 1620 El arte de enseñar la palabra a los mudos y El alfabeto manual. Él educó al hermano del comendador de Castilla, que se había vuelto sordo a los cuatro años. * En Inglaterra, John Wallis (1616-1703) se ocupó también de los sordos. Expuso las primeras nociones de pedagogía táctil: para hacer conocer, por ejemplo, el movimiento vibratorio que acompaña la producción de los fonemas sonoros, puso la palma de la mano sobre la laringe (Bonet se servía ya del soplo de la palabra sobre la palma de la mano que hace percibir al sordo la explosión consonántica). * Wallis creó también un alfabeto táctil que consistía en trazar las letras sobre la mano o sobre la cara, para llegar al ejercicio sistemático de la oralización. En 1653 publicó una gramática inglesa donde describía un método para enseñar la formación de los sonidos, el Método útil para los extranjeros y los sordos. * Juan Conrado Amman, médico suizo (1669-1724) hará conocer los medios de los cuales se sirvió para enseñar a hablar a los sordos de nacimiento en El sordo parlante (Amsterdam, 1692) y Disertación sobre la palabra (Amsterdam, 1700) * Wallis y Amman, considerados como los más célebres pedagogos del siglo XVII, se interesaron notablemente en el problema de los niños sordos. * En Francia, Jacobo Rodríguez Pereire (1715-1780) utilizó el tacto y las sensaciones kinestésicas, sin dejar de lado la audición. Ernaud (1740-1800) opuso a la dactilología de Pereire un alfabeto labial gutural. * En Alemania, Heinicke (1723-1790), partidario de ejercitar al máximo las percepciones en el niño sordo, utiliza el sentido gustativo para obtener la fijación de los elementos vocálicos: la a con agua pura, la o con agua azucarada, la u con aceite, etc. En la misma época, es necesario señalar que Holder y Delgamo, en Gran Bretaña, y Van Helmunt, en Holanda, también abordaron el problema de la pedagogía del niño sordo. El tipo de enseñanza que permitió la aparición de estos primeros trabajos metodológicos puede ser caracterizado como un “preceptorado especializado”. En efecto, los educadores de niños sordos no se ocupaban más que de uno o dos alumnos r vez. La mayoría de las veces se trataba de niños inteligentes bien apoyados por su familia, y pertenecientes a clases sociales acomodadas que podían pagar educadores particulares (a menudo los mejores). La historia aporta, por otra parte, numerosos casos de sordera entre los nobles de España, incluso en el seno de la familia real. Esto constituía un factor de motivación muy fuerte que impulsaba a intentar la solución para una deficiencia que privaba a los miembros de las clases dirigentes de la posibilidad de gozar de sus privilegios sociales (Morrow-Lettre, 1982). El valor del maestro estaba, además, en relación directa con el éxito del alumno y, de hecho, el mejor maestro era el que presentaba el mejor alumno. Todas estas obras tienen un carácter común: el espíritu de búsqueda de los educadores por estudiar, ensayar, innovar y explotar todas las vías posibles de acceso a la comunicación y a la educación de los niños sordos. Incluso los que eran más rígidos respecto de un método a seguir tenían siempre como recursos diferentes estrategias. Por ejemplo, Pereire utilizaba en su pedagogía tanto el alfabeto manual como la lengua de señas y la pantomima como auxiliares de su instrucción oral. (Lane, 1979a)

UNA NUEVA FILOSOFÍA DEL LENGUAJE

En el siglo XVI se encuentran vestigios de discusiones filosóficas alrededor de la sordera en la obra de un escritor ecléctico, Jerome Cardan (1501-1576) que hacía referencia a las posibilidades de los sordos de aprender otras lenguas además de las fónicas. (Mottier, 1978) Descartes, en su obra El discurso del método toma como ejemplo el caso de los sordos para apoyar su tesis de la existencia de una facultad – específicamente humana – de formar nuevos enunciados que expresen pensamientos nuevos adaptados a situaciones nuevas. Esta facultad no debe ser atribuida a órganos periféricos. “... porque vemos que el mirlo y el loro pueden proferir palabras como nosotros, y, sin embargo, no pueden hablar como nosotros, es decir, testimoniando que piensan lo que dicen; en tanto que los hombres que nacen sordos y mudos y están privados de los órganos que les sirven para hablar... tienen por costumbre inventar señas por las cuales se hacen entender...”. Para Descartes la carencia de la persona sorda se reduce a una deficiencia fisiológica, la cual no convierte al hombre en incapaz de constituir un código para comunicar.

MIRADA ORALISTA

Por otra parte, el caso más común de la persona sorda aislada, retrasada intelectualmente y privada de educación, viene a reforzar esta idea. De dos hechos concomitantes: ausencia de palabra – ausencia de pensamiento abstracto se deduce una relación causa – efecto: la ausencia de palabra implicaría la ausencia de pensamiento abstracto. De esta noción de implicación deriva necesariamente. Idea que se apoya también sobre hechos a menudo concomitantes: existencia de palabra – existencia de abstracción. Es esta la idea que prevaleció en la voluntad de enseñar a hablar a los sordos. Esta perspectiva oralista fue impulsada y apoyada por el descubrimiento de los restos auditivos en algunos sordos. Ya bajo el régimen de Augusto, Celso, médico latino, sostenía que no existía sordera absoluta y que se podía enseñar a los sordos, con un determinado grado de audición, a hablar de cierta manera. Las anécdotas de los “sordos que hablan” contribuyen a dar forma a esta perspectiva.  

EL FENÓMENO DEL LOGOCENTRISMO

Esta ventaja natural de la palabra oral frente a todo otro medio de expresión conlleva toda la filosofía del lenguaje sobre la vía logocentrista o fonocentrista: unión absoluta y necesaria de la voz (logos) y del sentido. (Derrida, 1974) La palabra fónica crearía pues el pensamiento abstracto y el razonamiento. Para Aristóteles, los sordos (que tienen una voz pero no es articulada) son incapaces de hablar y por lo tanto incapaces de acceder a las “nociones abstractas y morales”. (Mottier, 1978).

FILOSOFÍA DEL LENGUAJE EN LA ANTIGÜEDAD

La lengua hablada, la voz, esta forma misteriosa y exclusiva de expresar el pensamiento suscitó por supuesto las reflexiones de los filósofos: Aristóteles mismo califica de simbólica la relación de la palabra con las cosas afirmando: “Los sonidos emitidos por la voz son símbolos de estados del alma y las palabras escritas, símbolos de las palabras emitidas por la voz” (La interpretación, 13 a 16), es por eso que la lengua fónica aparece como “la primera convención, ésa que se va a referir inmediatamente al orden de la significación natural y universal...”. (Derrida, 1974) En consecuencia, la palabra (o sonido emitido por la voz) primera y esencial tendría una relación intrínseca con los contenidos mentales (o estados del alma). Todo otro medio de expresión (gestos, escritura) que vehiculice esos contenidos mentales sería excluido de esta jerarquía y considerado subsidiario de esta palabra. 

HISTORIA

Las referencias de la sordera en la historia se remontan a los más antiguos documentos, incluso hay datos en los Evangelios donde se puede constatar el estigma social del cual el sordo fue víctima. Esto no hace más que expresar una actitud social general de rechazo a la consideración de la persona sorda, practicada desde los tiempos más remotos. En China, por ejemplo, los niños sordos eran tirados al mar; en Galia, sacrificados a los dioses; en Esparta, precipitados desde lo alto de las colinas; y en Roma, expuestos en las plazas públicas o abandonados. Los griegos, por su parte, consideraban a los sordos como privados de toda posibilidad intelectual y moral. Plinio (Roma) declaraba que todo sordo de nacimiento era al mismo tiempo idiota. Es por eso que el derecho romano excluía a los sordos de los derechos de los ciudadanos, los relegaba a la categoría de los locos. Esta política de rechazo hacia la minusvalía de la persona que no tiene el uso de la palabra se explica en parte a través de la concepción filosófica de la palabra misma en esa época.

¿QUE ES LA LENGUA DE SEÑAS ARGENTINA?

La Lengua de Señas Argentina o LSA (ISO/DIS 639-3: aed) es la lengua de señas empleada en Argentina, por la Comunidad Sorda, es decir el grupo de personas que utilizan esta lengua como lengua primaria y para sus intercambios cotidianos. Podría decirse que el origen formal de la LSA surge en 1885 con la creación del INS (Instituto Nacional de Sordomudos) que si bien tenía por objeto oralizar a los sordos, conformó una de las primeras comunidades escolares sordas y generó los primeros avances de la LSA.Las personas sordas asisten a escuelas para sordos, y usan variaciones locales fuera de clase.

Importancia de la Lengua de señas en sordos y oyentes

 Debido a las distintas iniciativas desde diferentes asociaciones, profesores especializados y apoyos gubernamentales, hacia la inclusión educativa, es creciente el número de alumnos integrados con distintas capacidades, y un importante número de ellos, con disminuciones auditivas, incluidos sordos e hipoacúsicos. Históricamente la lengua de señas es una forma de comunicación en la comunidad sorda en Argentina desde hace más de un siglo. Pero en estos últimos años a raíz de la ley nacional denominada de Servicios de Comunicación Audiovisual registrada bajo el número 26.522 que precisamente regula esta actividad en todo el ámbito territorial de la República Argentina, sancionada y promulgada el 10 de Octubre de 2009, en su artículo 66 llamado de accesibilidad. “Las emisiones de televisión abierta, la señal local de producción propia en los sistemas por suscripción y los programas informativos, educativos, culturales y de interés general de producción nacional, deben incorporar medios de comunicación visual adicional en el que se utilice subtitulado oculto (closed caption), lenguaje de señas y audio descripción, para la recepción por personas con discapacidades sensoriales, adultos mayores y otras personas que puedan tener dificultades para acceder a los contenidos.  ¿Por qué aprender Lengua de señas? No hay duda que la comunicación en los seres humanos es necesaria y está implícita en todos los órdenes de la vida, tanto en los seres humanos como en cualquiera de los seres vivos. Es útil desde que nacemos, para alimentarnos, para crecer, aprender, trabajar, y hasta para disfrutar de la compañía de nuestros seres queridos. Por lo tanto teniendo en cuenta que un canal de transmisión es el habla para lo cual es estrictamente necesario emitir sonido y recibir a través del oído, la pregunta es, ¿Cómo hago para comunicarme con una persona sorda? La única opción es un lenguaje gestual y que se recibe con la vista. Dato que no es menor si tenemos en cuenta que también estamos dotados, y de hecho percibimos más del noventa por ciento por los gestos. Percibimos estados de ánimo, si están siendo sinceros o simplemente en repetidas ocasiones nos entendemos sin una palabra. Esto nos da la pauta que no es difícil si lo deseamos comunicarnos con personas que no escuchan y no hablan.  Su Importancia en los sordos Hay que destacar que cualquier persona sorda dependiendo de que haya aprendido la lengua de señas o no, es su canal natural, Se puede observar en familias con un miembro sordo, que logran comunicarse con un lenguaje propio, si se quiere inventado para las tareas diarias. Pero esto, aunque es de gran utilidad, no le permite al niño sordo desarrollarse intelectualmente en la cultura de los oyentes a menos que aprenda un idioma acorde a su naturaleza, por lo que se le llama al lenguaje de señas, el idioma materno de la comunidad sorda, de hecho es sólo a través de ese lenguaje que podrá desarrollarse en cualquier área del conocimiento.  Su importancia en los oyentes Si bien no existe un censo exacto de cuántos sordos hay en nuestro país. Asociaciones y personas interesadas cuentan con datos de un número mayor a 70.000 sordos y más de 450.000 con alguna discapacidad auditiva. Por lo tanto no es de extrañar que en cada localidad nos encontremos con personas sordas. Por lo que además de la inclusión en instituciones educativas, profesionales de la salud, policías, dueños y empleados de comercio, estaciones de servicios, remis, bomberos, etc. Deberían interesarse en aprender la lengua de señas. No sólo por la comunicación en si sino con el objetivo de brindar apoyo, cariño y contención a personas sordas de su localidad, lo que nos permitirá sin lugar a dudas disfrutar del gozo de dar. Y tengamos la plena seguridad que un sordo agradecerá doblemente el interés que le mostremos por comunicarnos.