martes, 29 de octubre de 2013

EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA PEDAGOGÍA:  EL PRECEPTORADO ESPECIALIZADO

Las primeras tareas metodológicas de la educación de los sordos fueron las de Pedro Ponce de León, benedictino del monasterio de Ona (Valencia), quien instruyó a Gaspar de Burgos “para que él pudiera confesarse y lo logré a tal punto que Gaspar se convirtió en escritor y publicó incluso algunas obras”. (Diccionario Universal) * Pablo Bonet, apoyándose sobre el método de Ponce de León, publicó en 1620 El arte de enseñar la palabra a los mudos y El alfabeto manual. Él educó al hermano del comendador de Castilla, que se había vuelto sordo a los cuatro años. * En Inglaterra, John Wallis (1616-1703) se ocupó también de los sordos. Expuso las primeras nociones de pedagogía táctil: para hacer conocer, por ejemplo, el movimiento vibratorio que acompaña la producción de los fonemas sonoros, puso la palma de la mano sobre la laringe (Bonet se servía ya del soplo de la palabra sobre la palma de la mano que hace percibir al sordo la explosión consonántica). * Wallis creó también un alfabeto táctil que consistía en trazar las letras sobre la mano o sobre la cara, para llegar al ejercicio sistemático de la oralización. En 1653 publicó una gramática inglesa donde describía un método para enseñar la formación de los sonidos, el Método útil para los extranjeros y los sordos. * Juan Conrado Amman, médico suizo (1669-1724) hará conocer los medios de los cuales se sirvió para enseñar a hablar a los sordos de nacimiento en El sordo parlante (Amsterdam, 1692) y Disertación sobre la palabra (Amsterdam, 1700) * Wallis y Amman, considerados como los más célebres pedagogos del siglo XVII, se interesaron notablemente en el problema de los niños sordos. * En Francia, Jacobo Rodríguez Pereire (1715-1780) utilizó el tacto y las sensaciones kinestésicas, sin dejar de lado la audición. Ernaud (1740-1800) opuso a la dactilología de Pereire un alfabeto labial gutural. * En Alemania, Heinicke (1723-1790), partidario de ejercitar al máximo las percepciones en el niño sordo, utiliza el sentido gustativo para obtener la fijación de los elementos vocálicos: la a con agua pura, la o con agua azucarada, la u con aceite, etc. En la misma época, es necesario señalar que Holder y Delgamo, en Gran Bretaña, y Van Helmunt, en Holanda, también abordaron el problema de la pedagogía del niño sordo. El tipo de enseñanza que permitió la aparición de estos primeros trabajos metodológicos puede ser caracterizado como un “preceptorado especializado”. En efecto, los educadores de niños sordos no se ocupaban más que de uno o dos alumnos r vez. La mayoría de las veces se trataba de niños inteligentes bien apoyados por su familia, y pertenecientes a clases sociales acomodadas que podían pagar educadores particulares (a menudo los mejores). La historia aporta, por otra parte, numerosos casos de sordera entre los nobles de España, incluso en el seno de la familia real. Esto constituía un factor de motivación muy fuerte que impulsaba a intentar la solución para una deficiencia que privaba a los miembros de las clases dirigentes de la posibilidad de gozar de sus privilegios sociales (Morrow-Lettre, 1982). El valor del maestro estaba, además, en relación directa con el éxito del alumno y, de hecho, el mejor maestro era el que presentaba el mejor alumno. Todas estas obras tienen un carácter común: el espíritu de búsqueda de los educadores por estudiar, ensayar, innovar y explotar todas las vías posibles de acceso a la comunicación y a la educación de los niños sordos. Incluso los que eran más rígidos respecto de un método a seguir tenían siempre como recursos diferentes estrategias. Por ejemplo, Pereire utilizaba en su pedagogía tanto el alfabeto manual como la lengua de señas y la pantomima como auxiliares de su instrucción oral. (Lane, 1979a)

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